VIA REVOLUCIONARIA

 

VIA REVOLUCIONARIA

(o la soledad como fondo)

via revolucionaria

Richard Yates, Alfaguara, 2008

(también hay una edición de bolsillo)

Via revolucionaria (Revolutionary Road), se publicó en España en el 2003 y pasó casi desaparecida. El director Sam Mendes ha hecho una pelicula basada en la novela con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, con lo que se ha rescatado y reeditado a un autor no muy conocido por estos lares pero muy interesante. Digamos que, por la temática, nos recuerda a John Cheever, Richar, Updike o Raymond Carver.

Richar Yates

Richar Yates


La novela refleja la vida de un insatisfecho matrimonio de clase media, los treintañeros Frank y April Wheel, que cumplen con el “sueño americano” de los sesenta: casa en las afueras, buen trabajo, dos hijos (niño y niña), partícipes de la vida comunitaria en su zona residencial, con los típicos vecinos cotillas, el jefe que viene a almorzar con su mujer, la suegra entrometida y la cuñada casquivana.etc., etc.

El hecho desencadenante de una cierta crisis matrimonial se produce al principio de la novela con una obra de teatro que resulta un desastre y que es protagonizada por April Wheeler. Ella está destruida y recuerda el día que sintió tanta vergüenza como ese: estaba en el colegio y le llegó la regla; ella se ve manchada y corriendo por el pasillo, mientras va dejando gotas rojas en su camino.

Los dos se van dando cuenta de que la cosa no funciona y es cuando deciden, como modo de revitalizar su matrimonio, trasladarse a la París, donde Frank se dedicaría a cumplir sus “sueños” mientras April trabajaría para sostener a la familia. Se desata entonces un importante conflicto entre los sueños de ella y el temor de él a convertirlos en realidad que se “resuelve” cuando ella se queda embarazada. Hay alguna otra cosa más, pero mejor no desvelarla, solo apuntar que para April la suerte está trágicamente echada.


Richar YatesYates, extraordinario narrador de la insoportable soledad del norteamericano tras la Segunda Guerra Mundial, nació en Yonkers (Nueva York) en 1926. Hijo de una escultora fallida y un cantante frustrado, sus padres se divorciaron cuando él contaba 3 años, después de lo que crecería, como nómada urbano, de suburbio en suburbio.

Durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial contrajo tuberculosis en el frente. Tras una larga convalecencia en un hospital de veteranos, vivió un tiempo en Francia. Al regresar a los Estados Unidos, en 1953, se dedicó a la escritura. En 1961, su novela Revolutionary Road fue aclamada por la crítica y por escritores de la talla de Tennessee Williams. Su vida, marcada por el alcohol, estuvo llena de altibajos. Escribió los discursos de Robert Kennedy hasta 1963, cuando John F. Kennedy fue asesinado. Se mudó a Hollywood y escribió varios guiones, incluyendo una adaptación de Lie Down in Darkness, de William Styron. Durante siete años dictó talleres de escritura en la Universidad de Iowa para luego enseñar en otras ciudades de Estados Unidos, desde Boston hasta Nueva York, e instalarse, con el mismo fin, en Tuscaloosa en 1991. Se casó dos veces y tuvo 3 hijas. Murió en Alabama en 1992.

Lo que más me impresiona, a mi, de los retratos de Yates es que describe a las personas que sienten su vida “como una sucesión de momentos que no han querido vivir”, como por ejemplo se siente Frank Wheel y, seguro que si nos paramos a pensar, como nos pasa a muchos de nosotros.

En una entrevista concedida poco antes de morir dijo: “Si en mi obra hay un tema, sospecho que es uno simple: que la mayor parte de los seres humanos están irremediablemente solos, ahí es donde reside la tragedia”. Yates pregunta a lo largo y ancho de sus nueve libros: ¿Qué nos hace perdernos? ¿Qué dejamos que la sociedad haga con nosotros?. Yate, por medio de todos sus personajes, tira la toalla.

Algo parecido a la fatalidad recorrió su vida. Vía Revolucionaria se publicó en 1961 y fue finalista del Premio Nacional de Literatura de EEUU en 1962. Pero fue también el mismo año de Franny y Zooey, de J. D. Salinger y de Trampa 22, de JosephHeller, que se llevaron toda la atención. Pero su segunda novela, A Special Providence –con la aparición anterior de los cuentos de Once tipos de soledad en 1962–, no vio la luz hasta 1969, cuando su realismo lúcido no casó con la experimentación del momento. Sólo con la aparición de Las hermanas Grimes en 1974 se le volvió a reivindicar. Para entonces el alcohol y la soledad lo habían convertido en un atormentado y en algo parecido a un misántropo. A pesar de un éxito relativo, nunca vendió más de 12.000 ejemplares.

La peli

La peli

Las hermanas Grimes«Ninguna de las hermanas Grimes estaba destinada a ser feliz, y al echar una mirada retrospectiva siempre da la impresión de que los problemas comenzaron con el divorcio de sus padres.» Así empieza esta novela que es la historia de dos hermanas que construyen sus vidas por caminos opuestos. Para Sarah, el matrimonio y la vida familiar son un refugio seguro, aunque no garanticen la felicidad, que se casó por amor y se resiste a divorciarse a pesar de la desilusión que le invade. Emily, más independiente y liberada busca, en cambio, en un hombre tras otro las respuestas que no puede darse a sí misma, y procura en vano huir de la soledad y así llega a encontrarse con cincuenta años, sola y sin amigos

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